martes, 14 de marzo de 2017

Tal vez tenga razón...

Tal vez Carlos Reymundo Roberts tenga razón. Tal vez nos encante el escrache. Si no fuera así, nunca se le hubiese conocido la cara a uno de los empresarios más poderosos y corruptos de los noventas. Un “escrache” que le costó la vida a un compañero. Tal vez sin nuestra mala intención el ex comisario Franchiotti seguiría en libertad impune. Tampoco se hubiese re abierto la causa por los desaparecidos en La Tablada 25 años después.
Por lo general, la causa por la que nosotros, los reporteros gráficos, solemos no estar donde deberíamos estar es porque los editores, nuestros jefes, deciden no enviarnos. Son muy pocas las oportunidades en la que nos permiten tener opinión a la hora de hacer la agenda. La “planificación” es algo de los que nos enteramos minutos antes de salir a una cobertura.
     Me llama la atención que, habiendo trabajado décadas con reporteros gráficos, no conozca la realidad de una redacción. El gremio periodístico esta pasando por un mal momento. Cierran medios, se precarizan trabajadores y se pagan miserias por notas, entre muchas otras realidades. A los fotógrafos se les suma el hecho “para que te voy a mandar a vos a cubrir un choque, si un ‘cualquiera’ ya la subió a una red social “, se prioriza el costo de la imagen a la calidad.
     Decir que “los fotógrafos somos el problema de la Argentina” es ponernos en el lugar de chivo expiatorio de los verdaderos problemas y culpables. 
     Coincido completamente cuando dice “Cuando un jefe les dice vayan a cubrir (…) ellos se ponen los chalecos llenos de bolsillos, agarran su camarita y van y disparan”, pero me gustaría aclararle el porqué. No estamos en una época en que podamos objetar a nuestros jefes, o hacemos lo que nos dicen o nos quedamos sin trabajo (tal vez en ese caso seamos sumisos). También agarramos nuestra “camarita” porque es nuestra, no se nos da la herramienta de trabajo que necesitamos para hacer nuestro trabajo (parte de la precarización, exponer nuestra cámara y el medio se ahorra costos). “Camarita”, muy despectivo suena. Y “disparar”, nosotros obturamos, tomamos o, en todo caso, sacamos una foto. Dice disparar como si manejásemos un arma.
     Podría practicar una retórica socrática en cada punto de esta editorial. Pero sería demasiado extenso. Voy a detenerme en la pregunta de porqué no hay fotos de la reunión entre Macri, Rodríguez Larreta, Vidal, Peña y Duran Barba. No hay fotos porque no las quisieron. Sino hubieran circulado una gacetilla, el fotógrafo oficial, ese “paparazzi” al que menosprecia, solo puede hacer la foto si se lo permiten. Alguien no quiso que no haya foto de ese encuentro, ni siquiera una selfie .
     Por último voy a decir que no voy a colgar mi equipo, me gusta mostrar lo que pasa. Lo que veo que pasa. Prefiero hacerlo. No podría con mi conciencia ni con mis principios. Si Roberts prefiere no ver nada, lo mejor que puede hacer es leerse a si mismo. Yo prefiero, por lo menos, conocer una versión de la realidad.


Estoy respondiendo a la siguiente editorial:

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